Un lapicero en una mano virtuosa puede ganar más batallas que mil espadas.

viernes, 13 de enero de 2012

Lo siento

Ya se ha dictado sentencia en el caso de Marta del Castillo, esa muchacha que de forma arbitraria perdió su vida porque así alguien lo decidió.

 Un sólo condenado en un caso dónde había varios implicados, ya fuera por encubrir el delito, o por otro tipo de participaciones. Es decir, actos malvados sin consecuencias. ¿Es normal esto? Sabemos que no lo es ¿Por qué entonces lo permitimos?

De las últimas cosas que he podido contemplar de la especie humana, esta ha sido una de las que más triste me han puesto. Me apena profundamente que las leyes humanas no estén de acuerdo al derecho natural, aquel que postula que todos sabemos qué está bien y qué está mal, que el bien debe premiarse y la maldad castigarse, pues si prima el mal la vida se llenará de atrocidades que ni el corazón más vacio podría soportar, pues como dijo Hamlet en su famoso fragmento de "ser o no ser", ¿quien es capaz de aguantar todos los atropellos que la vida nos depara?

Pero no es la vida, somos nosotros, quienes irracionalmente hacemos normas que no nos protegen. Tantos años de evolución, de luchas por los derechos de humanos y animales, para que en un sólo caso todo quede desplumado. ¿Y a quien beneficia todo esto? ¿Quien sale ganando de que la conducta criminal no sea castigada? Los criminales, que siendo conscientes de la ausencia de castigos, tienen vía libre para seguir atentando contra la vida, la que quizás sea nuestra única oportunidad de existir.

Ojalá esta triste situación no quede ahí, y surjan voces más potentes que la mía para denunciarlo.

Un abrazo a todos aquellos que en vuestro interior guardáis un corazón humano, que como el mio se ha estremecido con este hecho, y necesita del calor afectuoso que confirma que no todo lo sucede en La Tierra es malo.



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