Un lapicero en una mano virtuosa puede ganar más batallas que mil espadas.

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Cuándo dejé de ser como ellos?

¿Cuándo dejé de ser como ellos? ¿En qué momento dejaron el camino? ¿Por qué yo y no todos?

Son preguntas que me hago. Se preguntará usted lector: "¿Sobre qué?". Bien vayamos por partes.

Todos conocerán la red social Tuenti. Según Wikipedia: "Permite al usuario crear su propio perfil, añadir a otros usuarios como amigos e intercambiar mensajes. Además, los usuarios se pueden unir a páginas de intereses comunes, gestión de eventos, subida fotos y vídeos."

A mi juicio, Wikipedia, como en numerosas veces, se equivoca. Creo que debería decir: "Permite al usuario crear su propio perfil, añadir a otros usuarios como conocidos e intercambiar mensajes. Además, los usuarios pueden unirse a páginas de intereses de masas, gestiones de eventos, subida fotos y vídeos para demostrar cómo es uno". (Puse en negrita los cambios.)

La entrada de hoy no va a ser para criticar el gran potencial negativo de Tuenti. Lo dejaremos para otra ocasión si procede. Hoy voy a hablarle de esos conocidos.

En numerosas ocasiones me "gusta" revisar las fotos de mis ex-compañeros de la infancia. Gente con la que he pasado multitud de horas, día tras día, año tras año; hasta que en un momento de mi vida nuestros caminos toman sendas diferentes. ¿Por qué no podíamos seguir juntos? ¿Por qué no podía todo seguir siendo igual de bueno?. A la 2ª pregunta no tengo respuesta. A la 1ª es posible que sí. Para ello debo seguir filosofando un poco más:

La fotos las veo siempre del revés, empiezo por las últimas y avanzo en el tiempo cronológicamente en dirección al presente. Tuenti tiene suficiente tiempo de vida como para que un usuario común tenga al menos 700 fotos y la más antigua date de hace al menos 4 años. Teniendo en cuenta que tengo sólo 20, podemos deducir que esas fotos más antiguas reflejan el inicio de la adolescencia nuestras adolescencias. Con suerte podremos ver alguna fotos incluso anteriores a esta etapa.

Esas primeras fotos reviven mi memoria. Todos esos magníficos recuerdos. Pero no pasan ni unas pocas decenas de fotos y noto cambios. Cambios de aspecto, de costumbres, de diversiones, de intereses, de ideales, de sueños, ... cambio de personas diría. ¿Son las mismas? Por más que me esfuerzo no veo a las mismas personas que conocía.

Los cambios empiezan gradualmente, poquito a poco. Primero se ve de vez en cuando una botella por aquí, "un pitillo" por allá, la instantánea de un acto vandálico, de nuevo botellas (pero esta vez no es 1 sino 2), ahora en vez de un pitillo veo un "porro", un banco destrozado, botellón, botellón, porros, drogas, despropósitos con personas, ... Creo que usted lector puede imaginar como sigue la serie.

A este tipo de crecimiento, de poco a mucho por así decirlo, se le conoce como crecimiento exponencial: http://es.wikipedia.org/wiki/Crecimiento_exponencial .

Llegados a este punto creo que la respuesta a la 1ª pregunta que formulé hace unas cuantas lineas ( ¿Por qué no podíamos seguir juntos? ) es evidente. No he seguido el mismo camino. A tiempo salté del tren. ¿Suerte? Yo no lo creo.

¿Qué me perdí cuando dejé atrás mi relación con ellos? ¿Fui yo el que tomó el camino correcto o fueron ellos los que tomaron el equivocado? ¿Si no hubiéramos cerrado ese ciclo, esas amistades, esa etapa, hubiera sido como ellos o habrían sido ellos como yo? No puedo responder a ninguna de estas preguntas con total seguridad. Pero seguro intuirán mi postura y opinión al respecto.

No me siento orgulloso de lo que veo. No quiero verme tan diferente de toda la gente que un día aprecié tanto, porque significa que las cosas no han ido bien: no se han realizado correctamente los papeles de padres, de amigos, de compañeros, de sociedad, ... Es por eso que una parte de culpa la tengo yo. Y voy a explicar esta última frase:

Considero que mi caso estuvo bien definido desde bien chico. Era extremadamente difícil que mi progreso como persona se torciera tan acentuadamente como el de mis ex-compañeros. (La "culpa" la tienen mis padres, a los que les agradezco todo y más) Es por eso que siempre me he visto capaz para, además de seguir con mi prometedora progresión como persona, el de servir de guía para otras muchas que no tenían esa suerte que he tenido yo.

He podido comprobar que una inmensa mayoría de ex-compañeros cambiaron mucho (y a mal) cuando dejaron de tratar conmigo. Cambiaron de amistades y empezó el declive. No os engañaré, siempre supe que el único palo que servía de guía para esos árboles era yo. Pero cuando el árbol crece el palo se tiene que retirar, sí o sí. Es cuestión del arbol que siga creciendo recto o no.

Es por eso que me da pena que no hubiera tenido un poco más de tiempo con toda esa gente. Circustancias de la vida (destino para otros) separaron nuestros caminos. Un par de años, ese tiempo hubiera necesitado para que esos árboles quedarán bien rectos antes de soltarles ese palo-guía. Ahora siento lástima, lástima por ellos, lástima por mí.

Afortunadamente yo no quedé torcido y eso me ha dado libertadpara crecer, crecer y seguir creciendo hasta que alcancé el cielo y el sol, la luna y la lluvia brille, ilumine y mojen mis hojas.

Empezé con algunas preguntas que no sé responder y también terminaré con preguntas que sigo sin saber resolver. ¿Por qué yo? ¿Por qué no al revés? ¿Fui condicionante o condicionado? ¿Qué pensaría esos ex-compañeros de esta entrada? ¿Realmente existen tan pocas personas-guía en comparación con personas-árbol? Basta de preguntas, prefiero vuestras respuestas.

Un abrazo,

*Micky_Sanz*

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