Recuerdo que de pequeña, cuando veía películas de Disney me
sentía como una de sus princesas,
también recuerdo a todas mis amigas y compañeras del cole adorando estas
películas, todas queríamos ser esas
princesas.
¿Por qué queríamos ser como ellas? Supongo que veíamos
chicas muy guapas, valientes, dulces, luchadoras, inteligentes y buenas , pero además de todo eso buscaban el amor
verdadero, esperaban la aparición de un príncipe tan virtuoso como ellas, que
las protegería y amaría para siempre. Suspirábamos por esas historias y esos
personajes, incluso a veces jugábamos simulando esas historias.
Pero luego poco a poco al ir creciendo vi que esas chicas
que querían ser princesas Disney ya no parecían querer serlo. No buscaban
perfeccionar esas virtudes que antes querían tener, y no esperaban al
maravilloso príncipe, se quedaban con cualquier chico que pareciera interesarse
por ellas…
Con el tiempo en sus mentes empezaba a aflorar la idea de
que eran independientes, no necesitaban a nadie y menos a un hombre, ellas iban
a ser unas ambiciosas mujeres trabajadoras y los hombres no serían más que un
divertimento. A estas alturas del cuento yo me preguntaba que había de malo en
el amor, a mí me llamaban soñadora,
romántica… como si no fuera algo totalmente bueno, aunque para mi eran unos
adjetivos maravillosos.
Tampoco entendí nunca porque ellas no creían que el amor
se pudiera compatibilizar con tener un trabajo,
o que la diversión no fuera unida al amor.
Siempre escucho de la mayoría de parejas que necesitan
espacio, que no les gusta estar tanto tiempo juntos… y yo me pregunto si has
elegido a alguien para pasar el resto de tu vida ¿cómo no vas a querer estar
con esa persona?
El amor ya no está de moda, y las princesas Disney tampoco,
ya no queda bien que una esté enamorada,
pero inevitablemente yo siempre estuve deseosa de ser una princesita, y
lo logré, encontré a ese príncipe maravilloso. Solo tuve que esperar… no fue un
pago demasiado grande para todo lo que él me ha dado.
Para esas pocas princesas que aún existen os ánimo a seguir
esperando porque algún día él llegará.
Mermelada
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